domingo, 1 de diciembre de 2013

El Consejero, Ridley Scott, 2013



Decapitaciones y universos paralelos




Todo es artificial en la última película de Ridley Scott. Como lo es en el resto de su filmografía, por otra parte, salvando "Alien" su obra maestra y "Blade Runner" que es estupenda a pesar suyo.

A Scott nunca le ha interesado mucho profundizar en sus personajes, la suya es una mirada esteticista, el cómo le interesa siempre mucho más que el qué, el envoltorio más que el contenido. No pueden faltar, claro está, los planos con teleobjetivo, la violencia mezclada con suciedad, la estética de videoclip y como no, esos horrorosos juegos de luz que son marca de la casa.


Los actores, son una parodia casi de dibujo animado, empezando por una Cameron Díaz, mala malísima con diente de oro incluido o Bardem, un narcotraficante que parece primo hermano de Krusty el payaso de los Simpsons. Queda Michael Fassbender que está tan estupendo como siempre. Es, sin ningún género de dudas, uno de los mejores actores del panorama actual, capaz de sacar petróleo de cada papel que le dan. Cualquier película sube varios enteros de interés con él de protagonista. En la anterior con Scott, la infame "Prometheus" ya bordó el papel de humanoide que le encomendaban. Aquí insufla vida a un personaje complicado, abogado de éxito tentado por el lado oscuro. Seguimos su descenso a los infiernos a través de su mirada, sus gestos, sus silencios. Sólo por él, merece la pena la película.



Éste es el primer guión original escrito por el gran novelista americano Cormac McCarthy, del que ya se habían llevado a la pantalla muchas de sus obras como “No es país para viejos” o ” La carretera”. Escritor, por cierto, que ya debería haber ganado el premio Nobel hace años si no fuera concedido importando más el sexo, las tendencias políticas o el país, cuanto más exótico mejor, del premiado.

Firma un buen guión con diálogos brillantísimos, chispeantes  y de ahí, aunque parezca mentira viene otro de los problemas del film: nadie es capaz de hablar así, diciendo algo memorable cada vez que abre la boca.

·        ¡Qué fría eres!
·        La verdad no conoce de temperatura.

Si la gente real hablase con este ingenio el mundo sería un lugar mucho más interesante, sin duda.
El epítome de esto es el narco que interpreta Ruben Blades, en sólo tres minutos nos da una maravillosa lección de filosofía de la más alta escuela: la propia existencia del mundo, los universos paralelos o la poesía de Machado se combinan en su discurso de una manera tan maravillosa como totalmente irreal viniendo de la boca de un narco.

Puede que no te aburras demasiado si vas a verla e incluso te hagas un fan absoluto de Fassbender si no lo eres ya. Puede incluso que seas de los que piensa que Ridley Scott es un gran director en cuyo caso te lo pasarás en grande con este nuevo juguete suyo. No te culpo, sobre gustos no hay nada escrito


4 comentarios:

  1. Gracias por tus opiniones cinematográficas, José Manuel. Las encuentro aquilatadas y prácticas y para los que, como yo, tienen poco dinero y menos tiempo, eresultan un buen filtro a la hora de escoger película.
    ¡Enhorabuena!,
    Lucía.

    ResponderEliminar
  2. Un millón de gracias por tus palabras de ánimo, Lucía.

    ResponderEliminar
  3. Felicidades, José:
    Creo que es muy valiente eso de reflexionar sobre el arte vivo, aquél que está aún de temporada y sobre el que son muchas las referencias existentes. No dejarse acobardar por el temor a que nuestras palabras las estén escribiendo otros, o las lea quien menos lo esperamos a menos deseamos, es un acto de valentía. Te lo asegura este capitán de la sardina.
    Y tu escribir de una manera personal y reflexiva, guiado por ideas surgidas del sentimiento y no por lecturas de textos ajenos, es reconfortante en estos tiempos de epígrafes en tuiter y boatos en feisbuk.
    Un fuerte abrazo y una sincera felicitación, amigo.
    Keep on telling the blues!

    ResponderEliminar
  4. Me has dejado sin palabras, amigo.
    Sólo puedo decir: GRACIAS

    ResponderEliminar